Manifiesto 8 de marzo
¿Es necesario seguir reivindicando el 8 de marzo como el Día de la Mujer? Algunas personas, a la vista de todo lo avanzado, se lo preguntan. Y la respuesta es SÍ, porque gracias a las masivas y maravillosas manifestaciones vividas en los últimos años -siempre alegres, siempre pacíficas- la sociedad española ha comprendido la fuerza del feminismo, la potencia que irradia su convicción. Y es que llegó nuestra hora, llegó la hora de que las mujeres de toda clase y condición, altas y bajas, universitarias y cajeras de supermercado, jóvenes y mayores, madres e hijas, creadoras y dependientas, amantes del mar y de la montaña, demostremos que es posible trabajar por un mundo menos competitivo y depredador, por otra forma de tratarnos entre todos, de compartir los recursos del planeta, de explorar la atracción entre los sexos sin humillar a nadie, de conquistar el futuro para las más jóvenes. El feminismo lucha por la justicia social, por la igualdad de mujeres y hombres en todos los ámbitos, por una vida cotidiana racional y equilibrada. Lucha por un nuevo orden sentimental ajeno a la supremacía y la explotación de las mujeres indefensas, por el respeto, por la paz, por no excluir a nadie, aunque eso le esté costando al feminismo un desgarro ideológico. Pero siempre y por encima de todo está la unidad del movimiento. Las mujeres queremos compartir nuestros ideales largamente sostenidos y combatir, con todas las fuerzas que logremos reunir, las violencias que por el mero hecho de ser mujeres nos asedian y nos atemorizan. Nuestras mentes ya no están solas.
Feliz 8 de marzo, compañeras, luchemos por una vida que lo merezca.
Este año Clásicas y Modernas no va a manifestarse en las calles, lo haremos, es decir no lo haremos, por el respeto a la situación que vive todavía nuestro país. Pero estaremos en las redes, o vestidas de morado, o anudando una tela en un balcón. Estaremos.