LACURA Una one-woman-show de inteligencia chamánica
Una mujer joven, Bibi, se entrega, sobre la escena, a la “locura” creadora para “la-cura” de una vida de mujer joven ciudadana del inestable siglo XXI, en un país que ya es el mundo. Un mundo enloquecido para el que no hay más cura que la sinceridad, el cuestionamiento, la incertidumbre que, paradójicamente, son los cimientos imposibles sobre los que se fundamenta. Y, sin embargo, la cura, o “lacura”, solo llegará aceptando la “locura” que nos habita, las cargas históricas y familiares con las que habitamos la vida, desasistidas y cargadas de culpas tan impuestas como autoimpuestas. Cargas que nos juzgan, que nos sancionan sin que nadie nos explique quién decidió el reparto de papeles.
Con un humor cáustico, moderno, actualísimo por serlo universal, Bibiana Monje-Bibi es y no es ella misma: es ella porque la actriz convoca a la persona-actriz para que hable; pero es también la actriz-persona la que convoca a la abuela, a la madre, al amor, a la amistad para entender en qué punto se encuentran todas, cuánto y a quién le pertenece la herencia y a quién la invención. Y qué hallaría Bibiana Monje-Bibi, sola frente a un espejo donde se reflejase, sin compasión, lo que quiera que sea ser una mujer en el siglo XXI.
Divertida, con una actuación brillante y una extraordinaria preparación física, casi ritual, Bibiana Monje se lanza al abismo y nos empuja para que la acompañemos. Lo hace con la naturalidad de quien ha hecho suyo el gesto de una ceremonia y sabe, por tanto, embaucar para que participemos, con todo gusto, en la misma. Arropada por la música, la improvisación, la reiteración de episodios, esos diálogos-monólogos reconocibles, lo cotidiano y lo sofisticado sin distingos, va cubierta, apenas, con las huellas familiares y sus sombras: manipulación afectiva, chantaje emocional, egoísmo y generosidad sin atributos claros que los diferencien, el significado de la infancia, la demora en la toma de ciertas decisiones que, inevitablemente, habrá que tomar alguna vez. Y el perdón, para quedarse más tranquila porque, en realidad, no hay nada que perdonar cuando se reconoce que cada cual hace lo que puede, aunque eso no le quite responsabilidad a nadie.
Una arriesgada propuesta escénica, comprometida con el presente sin intento de moraleja. Directa y complejísima como la vida cotidiana de una mujer joven, teóricamente independiente, pero llena de dudas miedosas, a quien no le basta con decir, sino que necesita actuar. Y compartir. Y subir y bajar, cuantas veces sea necesario, la escalera simbólica de una genealogía de mujeres próximas que, como ella, han subido y han bajado, suben y bajan esa misma escalera.
Lacura lleva tras de sí tres premios Réplica 2017 (mejor espectáculo, mejor actriz y premio del público), y forma parte de ese proyecto estupendo que es el “expandido” Festival Territorio Violeta -idea de nuestra socia de CyM Rosa Merás, y de Silvia Pereira-, que lleva aparejadas actividades participativas. Yo vi Lacura en el ciclo “Puro Teatro” de Segovia. Ahora está en Madrid hasta finales de marzo. Pero seguirá su gira. Hay que verla, hay que oírla, hay que reírse en común, en esa comunidad que solo el buen teatro permite. Hay que frotarse el alma para seguir despiertas, pues vamos a reconocernos, sin sorpresa, en la memoria de Bibiana Monje-Bibi como si nos estuviera contando algo que nosotras hemos vivido también. Y que, acaso, también hemos tratado de guardar en el fondo de nuestra personalidad creyendo que, de ese modo, dejaría de incordiarnos.
Importa estar atentas a propuestas valientes como esta. Hay mucho, muchísimo que poner aun sobre la mesa de nuestra sociedad para que la igualdad llegue, algún día, a ser verdadera. Para seguir avanzando con contundencia, hacen falta muchas curas. Y hacerlo con este punto de maravillosa insensatez que el teatro permite, es una práctica más que saludable.
TEXTO: Bibiana Monje
INTÉRPRETE: Bibiana Monje
CO-DIRECCIÓN: Enrique Pardo (Pantheatre París)
TEATRO FERNÁN-GÓMEZ, Madrid, hasta el 24 de marzo
FESTIVAL TERRITORIO VIOLETA (celebrado en distintos lugares de España)