«Las Sinsombrero» un homenaje en escena
Publicado originalmente por MujerHoy el 31/01/18.
Madrid. Teatro María Guerrero. Hasta el 18 de febrero.
Feminista, actriz, activista social, periodista, corresponsal, diplomática… Isabel Oyarzábal (Málaga, 1878-Ciudad de México, 1974) es una de las intelectuales españolas que abrió brecha a otras mujeres sabias y silenciadas, las del 27, que ahora se reivindican en distinto formato bajo el paraguas de ‘Las Sinsombrero’. Ahí están, como muestra, el documental cinematográfico de Tania Ballò o la exposición ‘Mujeres de vanguardia’ de la Residencia de Estudiantes.
Para evitar firmar con un nombre masculino, Isabel Oyarzábal publicaba sus ‘Crónicas femeninas‘ en el diario ‘El Sol’ con el seudónimo de Beatriz Galindo (1465-1534). Ella, que también fue embajadora del Gobierno de la República en Suecia, es precisamente el hilo conductor del montaje ‘Beatriz Galindo en Estocolmo’, con texto de Blanca Baltés y dirección de Carlos Fernández de Castro. Una pieza por la que se pasean además Clara Campoamor, Victoria Kent, Concha Méndez y, en un laberinto de tiempos pasados y presentes, la citada Beatriz Galindo.
Es una fotografía de época la que se contempla sobre las tablas y que pone en valor la biografía de unas mujeres comprometidas con el motor del progreso social, educativo y artístico de su tiempo. Se reivindica su lucha común por los derechos y libertades de la mujer. Algunas lo hicieron desde la Residencia de Señoritas, con María de Maeztu a la cabeza, y el resto, desde ámbitos diversos, con nombres tan sobresalientes como María Teresa León, Maruja Mallo, Elena Fortún, Remedios Varo, Rosa Chacel, María Zambrano o Zenobia Camprubí.
Está muy bien que salgan a escena estas fascinantes mujeres, todas luchadoras, creadoras y activistas. ¿Y por qué Isabel Oyarzábal aparece en el escaparate y en el título de la pieza? Lo explica la propia Blanca Baltés: “Estuvo en todos los saraos. Como actriz trabajó con María Tubau; actuó en la boda de Alfonso XIII, ejerció la crítica y la traducción teatral para compañías como la de Margarita Xirgú, fue pionera del periodismo femenino, fue corresponsal para varios periódicos británicos, fue la primera mujer que sacó plaza en el cuerpo de Inspectores de Trabajo y fue nuestra primera representante ante la Sociedad de Naciones”.
Ahí es nada. Y se la conoce muy poco. Más bien, es una completa desconocida. Por eso, Blanca Baltés está convencida de que “sin ellas, verdaderas pioneras, las jóvenes del 27 no habrían alcanzado las cotas de libertad y la atención que en su momento conocieron”. Y por eso reivindica su figura y su rebeldía.