Músicas y más músicas. Nuestras Barrocas ¿dónde están?
En estos días de silencio, de soledad, de dolor, de obsesiones, de miedos, pero sobre todo de tristeza, de una inmensa tristeza, existen unas músicas que calman muy especialmente y estas son las músicas de nuestras barrocas, las músicas que escribieron e interpretaron esas mujeres que vivieron entre 1600 o la construcción del género “ópera” y 1750, aproximadamente.
Si bien el término barroco lo tomó la música de la arquitectura, para definir un estilo “rebuscado, pesado, elaborado, retorcido….”, la realidad es que el estilo musical barroco es sobre todo simétrico, equilibrado, ordenado y muy predecible, y sí ¡claro! elaborado, pero la elaboración del mismo obedece a unas reglas cuantitativas (de ahí el tópico del símil con las matemáticas) bastante intuitivas y canónicamente lógicas. Todo esto hace que sea un discurso sonoro muy agradecido, fácil de seguir y que no requiera un especial esfuerzo, ni cognitivo ni emocional. El propio estilo nos arrastra casi instintivamente y nuestro cerebro agradece esa similitud, esa repetición, esa balanza, ese juego permanente con la memoria, para no olvidar la idea (el tema, el motivo…). Es el momento histórico en el que se afirma el sistema “Tonal-Bimodal”, una organización de los sonidos que simplifica y cierra de manera férrea otras posibilidades sonoras y que en contradicción aparente da seguridad a nuestro cerebro porque es sobre todo predecible, pero además y muy especialmente, porque no hay escapatoria: es un sistema cerrado. A partir de esta nueva organización sonora surgen nuevas estructuras sonoras, nuevas formas, como la forma sonata -las primeras sonatas- cumbre de este modelo organizativo.
Hay un texto clásico, académico y exhaustivo, que nos ofrece un estudio pormenorizado de compositoras e instrumentistas a lo largo de la historia, así como ejemplos musicales y análisis de los contextos históricos y artísticos que rodearon la vida y obra de estas mujeres. Se trata de “Women making music: The western art tradition, 1150-1950”, editado en 1985 en Urbana: University of Illinois Press, en 1986 y reeditado en agosto de 1987. Dos profesoras de músicas son las encargadas de la edición de este clásico: Jane Bowers, profesora en la Universidad de Wisconsin-Milwaukee y autora de artículos para el prestigioso “New Grove Dictionary of Music and Musicians”, así como para la “Women’s Studies Encyclopedia” y Judith Tick, también profesora de música esta vez en la “Northeastern University” y autora del importante estudio “American Women Composers before 1870”.
De este clásico de la historia compensatoria y del análisis feminista me gustaría destacar los capítulos dedicados al Barroco, donde sobresale muy especialmente el estudio de Ellen Rosand sobre Barbara Strozzi (Venecia 1619-1677) y el listado cronológico de obras publicadas por las compositoras barrocas en Italia, entre 1566 y 1700.
Cierro esta reseña sobre un libro obligado y un estilo musical también obligado y muy especialmente en estos momentos, nombrando a las 20 compositoras italianas citadas.
Isabella Leonarda (Novara, 1620 – 1704)
Rosa Giacinta Badalla (Milán, ca. 1660 – ca. 1710)
Maria Francesca Nascimbeni (Ancona, 1658–1680)
Marietta Morosina Priuli (Venecia, 1667- ?)
Barbara Strozzi (Venecia, 1619-Padua, 1677)
Maria Catarina Calegari (Bergamo, 1644 – después de 1675)
Chiara Margerita Cozzolani (Milán, 1602-1678)
Claudia Rusca (Brera 1593-1676)
Francesca Caccini Fiorentina (Florencia 1587 – después de 1640)
Diacinta Fedele (Roma 1628-?)
Lucretia Orsina Vizana (Bolonia 1590 –1662)
Caterina Assandra (Pavia 1590 – c.1618)
Sulpitia Cesis (Módena 1577 – ?)
Claudia Sessa (Milán 1570 – 1617/19)
Lucia Quinciani (Verona 1566- 1611)
Cesarina Ricci di Tingoli (1573- ?)
Raffaela Aleotti (Ferrara, 1575 – después de 1640)
Vittoria Aleotti (Ferrara, 1575, — después de 1620)
Madalen Casulana (Madalena Mezari detta Casulana) (Siena 1544-1590)
Paola Massarenghi (Parma, 1565-?)
¡Tomemos ejemplo!
Madrid, 18 de abril, 2020